Conocida también como ‘30 Días de Oscuridad: Tinieblas’
Año: 2010.
Género: Horror.
País: Estados Unidos.
Duración: 92 minutos.
Dirección: David Slade – Ben Ketai.
Intérpretes: Kiele Sanchez, Rhys Coiro, Diora Baird, Harold Perrineau, Mia Kirshner.
Claramente, las expectativas que logró subir la 30 Días de Noche (reseña Acá) fueron muy exageradas, en el buen sentido de la palabra. En una época previa al descontrol generado por la fiebre Twilight y sus vampiros descafeinados, el cineasta inglés David Slade (quien luego caería en las garras de la previa mencionada saga en su tercera entrega) logró insuflarles nueva vida a estos monstruos fríos y despiadados y reconvertirlos en esas figuras extremadamente violentos y atemorizantes. La secuela tardó su tiempo, pero finalmente llegó, con resultados a la vista.
“Ha pasado un año desde que la población de Barrow, Alaska fuera decimada por vampiros en el mes anual en el que el sol no sale. Apesumbrada por el dolor de la pérdida de su marido y atribulada por emociones más allá del odio y el pesar, Stella ha pasado los últimos meses recorriendo Estados Unidos, tratando de convencer a las personas de que los vampiros existen. Cuando se encuentra con esceptisimo y bochorno, Stella está lista para tirar la toalla cuando un grupo de almas perdidas le ofrece la increíble oportunidad de concretar su venganza contra Lilith, la reina vampiro responsable del asedio a su pueblo. Con nada que vivir y nada que perder, Stella se les une en su misión y juntos se aventuran a las entrañas de la ciudad de Los Angeles, donde ella misma se empuja hacia los límites más extremos con tal de impedir que el Mal ataque una vez más.”
La historia comienza justo en donde terminó la otra y nos muestra la escena más original y la que particularmente más recuerdo: una Stella intentando convencer a la gente de que existen los vampiros, encontrándose con la incredulidad y, al grito de ‘Enciendan las luces‘ procede a cerrarles la boca a muchos. Si, la vimos en el trailer, pero no por eso pierde la gracia.
Sí pierde la gracia el cambiar un escenario tan aislado y desesperanzador como el congelado pueblo de Barrow por el de una Los Ángeles sucia y desprovista de candidez, ciudad en la cual los vampiros se mueven por conductos sunterráneos y las zonas más pobres de la ciudad – el que se salgan con la suya, alimentándose de personas marginadas en una ciudad tan grande y sin que a nadie le importe el prójimo es un mensaje implícito muy potente, pero se pierde en los escenarios típicos de una película clase B en las cuales los recursos son escasos y si la sangre parece vino diluído en este tipo de propuestas, estamos en problemas.
Por empezar, ya sin Josh Harnett la película perdió peso, pero más peso aún es tener que extrañar a la hermosa y talentosa Melissa George, adicta al cine de género que lamentablemente tuvo que bajarse del proyecto. En su lugar tenemos a Kiele Sanchez, que algunos la recordarán su participación en Lost y su protagónico junto a Milla Jovovich en A Perfect Getaway (reseña Acá) Si bien tiene todo el potencial requerido, no canaliza fehacientemente la energía de la Stella Oleson que vimos en George y ya esa desconexión hace que esta incursión no se sienta para nada como la anterior.
A muchos podrá no atrapar la idea ya que el ritmo es por momentos insostenible y lento; loa fanáticos de la serie deberán armarse de paciencia y acostumbrarse a la idea de que para este nuevo film todos los aspectos han bajado un escalón y la calidad no es la misma; por suerte, el guión ha quedado nuevamente de Steve Niles (creador de la serie) y Ben Ketai, que también ejerce como director. Es un movimiento inteligente dejarle la historia a cargo del creador, lo que significa fidelidad en el traspaso, pero es que la trama no tiene demasiado para decir, y mayormente se vuelve una y otra vez sobre el mismo tema (atacar diferentes guaridas vampíricas) además de agregar escenas que se sienten como exposiciones más que desarrollo de personajes (tomar como ejemplo la forzada escena de sexo) aunque aporta algunas interesantes ideas vampíricas relativas a la trama lineal y una escena en el final que no se si me pone contento o furioso.
30 Días de Noche: Días Oscuros es desgraciadamente una secuela directo a video que queda tremendamente deslucida por este hecho; hecha a pulmón, igualmente la historia se torna aburrida por momentos y no tiene el mismo empuje que la original sí tenía. No sé porqué esperaba más…
Fuente: Lucksaw vía DiarioTwilight
30 Days on Night : Dark Days , Otro proyecto de David Slade
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