Mateo Sancho Cardiel Madrid, 22 ago (EFE)-
Por un lado, la crisis obliga a reducir gastos y los cachés de las estrellas hacen todavía más costosa una superproducción. Por otro, un rostro muy popular para una novela con muchos adeptos es más difícil de encajar en la imaginación del lector.
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Y así, los actores desconocidos son los que últimamente se llevan el gato al agua para poner cara a los héroes de millones de lectores en las últimas adaptaciones de los best-seller a la gran pantalla. [...]
Una operación todavía más inteligente fue la de la película "Twilight", basada en la trilogía vampírica que ha hecho multimillonaria a Stephenie Meyers. Los héroes románticos de Bella y Edward, mortal y vampiro respectivamente, costaron lo que para Hollywood son dos duros en esa primera entrega.
La directora, Catherine Herdwicke, venía del cine independiente, y fichó a dos jóvenes de carreras más bien insulsas: Kristen Stewart y Robert Pattinson. Con 37 millones de dólares recaudó 392 en todo el mundo y puso en el mapa a dos ídolos para los adolescentes.
La segunda entrega, "New Moon", con 50 millones de dólares, aún funcionó mejor y acumuló 709 millones de dólares y con la tercera, "Eclipse", con 68 millones -los actores iban aumentando sus exigencias- volvió a arañar 652 millones más. Una operación perfecta.
Cuando el libro es la estrella, ¿quién necesita un actor famoso?
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